Armando Rodríguez Ballesteros

(Bogotá, Colombia, 1962) Poeta, ensayista, artista visual. Ha publicado Presagios y Migraciones, poemas, Ulrika Editores, Bogotá; 1986; Lubros, poemas, Ulrika Editores, Bogotá, 1988; Postal de fin de siglo, antología de poesía colombiana, Kolibro Editores, Bogotá, 1995; Ojos de Ritual, poemas, Kolibro Editores, Bogotá, 1997; Pasos de Gato, poemas, Ediciones Perro Azul, San José, Costa Rica, 2002; Lunada Poética / Poesía costarricense actual, Vol I, Ediciones Andrómeda, San José, 2005 y Lunada Poética / Poesía costarricense actual, Vol II, Ediciones Andrómeda, San José, 2006 y De ceniza y memoria, poemas, Ediciones Andrómeda, San José, 2008, Arte Poética- Metapoemas de autores latinoamericanos, Arc Edicoes, San José Costa Rica, 2017; Cuentas Claras, poemas, Ediciones Perro Azul, San José, Costa Rica, 2020. Ha sido incluido en las antologías Poesía Colombiana Actual”, Kolibro Editores, Bogotá, 1991; Antología de la poesía colombiana, Biblioteca Familiar Presidencia de la República, Bogotá, 1996; Tambor en la sombra, Poesía colombiana del siglo XX, Ediciones Verdehalago, México, 1996; Antología de la poesía colombiana, Ministerio de Cultura/ El Áncora Editores, Bogotá, 1997; Quién es quién en la poesía colombiana, Banco de la República,/ Biblioteca Luis Angel Arango, Bogotá, 1998; World Poetry 2000, Mississippi Review, Center for Writters, The University of Southern Mississippi, Hattiesburg, 2000, y Poetas Bogotanos, Editorial Panamericana, Bogotá, 2000 y Conjuro Capital, Fundación Gilberto Alzate Avendaño, Bogotá, 2009, entre otras. Director de la colección Mono a Cuadros / Cuadernos de poesía. Cofundador y coordinador del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, entre 1992 y 2000. Coordinador de talleres de poesía en Colombia y Costa Rica. Cofundador y coordinador del programa “Lunada Poética” que se llevó a cabo en San José, en la Casa de Cultura Popular del Banco Popular. Poemas, relatos y ensayos críticos de su autoría sobre arte, literatura y producción audiovisual han sido publicados en revistas y suplementos literarios de diversos países. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, portugués y esperanto.
PODCAST DE POEMAS DE ARMANDO RODRÍGUEZ BALLESTEROS
POEMAS
METAMORFOSIS
Primero ornamentaron con hierro la ventana
Después una gran malla aisló la calle
en que vivimos
Más tarde han talado los setos
Para sembrar barrotes alrededor del patio
de los niños
El miedo enjaula a las gentes de la ciudad
Es común ver a los hombres santiguarse
Cuando en la mañana dejan la casa
Y se lanzan cada uno a su jornada de temores
Por eso en la ciudad el horizonte
Ocupa apenas un rincón de la memoria
Por eso cierro la puerta con doble pestillo
Y un poco más tranquilo dispongo la mesa
Para mi cena con fantasmas.
OSIS
ARTE POÉTICA
Nada que ver. Ni aplausos ni miradas. No tiendo puentes. No busco un eco ni cabe en mi propósito aguardar respuesta alguna. Muy poco de este tema existe fuera de mí. Se trata de una sombra, un nudo ciego que intento desatar. Una condena. Aquel dardo que aviento en la alta noche al ojo de la muerte y el arañazo que ella misma dibuja sobre mi pecho. Alarido, apuesta perdida, recurrencia del vértigo. Un asunto estrictamente personal que a pocos atañe porque contados son los dispuestos a retirar la venda que encubre el horror del fuego sobre la carne viva.
EPITAFIO PARA EL DUEÑO DEL ASERRÍO
Apenas minutos le bastaban
Para segar la vida a siglos de savia y raíz
Ignoró siempre al ave sin cuna
Y al dolor que causaba a la tierra
Que pudo al fin librarse de él
La tarde en que fieles criados lo plantaron
Lívido y compuesto en su ataúd de caoba
Aquí donde antes creció un frondoso arrayán.
RÍO
Languideces
Vejado en tu longitud
Por la soberbia de las gentes
Muy pronto
Habremos de llegar
Hechos brasas de sed
A buscar alivio
En tus largos kilómetros
de olvido.
PAÍS
Bien sabes, país, que llegué en un parto difícil
una madrugada de septiembre
en la segunda mitad del siglo veinte.
Hubiera querido nacer en el campo
pero, igual, pasé mi infancia
cabalgando palos de escoba con cabuya
que echaba a galopar sobre praderas imaginarias.
Me diste una madre de ojos grises
de quien aprendí que la ternura
es un arte difícil.
Accedí a los libros de mi abuelo
ese anciano gigante como un vikingo
que se fue yendo de a pocos
cuando en esta tierra aun se podía
morir de viejo.
Me regalaste un perro
del color de la noche y un saxofón
con el que aplicadamente desvelaba
a los vecinos en una cuadra a la redonda.
Pude descubrir entre tus límites
a un amor ya lejano
y a los amigos que aún sobreviven
asombrándome con sus poemas y sus cantos.
¿Para qué pedir más?, país.
Pero entonces ¿Por qué de un tiempo para acá
me señalas la puerta de salida
a través de recados firmados por la muerte?
¿Por qué pretendes que respire otro aire?
¿Cuál es la razón de tu aquiescencia
para que miedo y duda sean ahora
ingredientes puntuales de mi cena?
En algún lugar tuyo, país,
aún sin tu permiso,
permanezco esperando una respuesta.
ESTATUARIA
Las estatuas del país
Tienen como motivos
Guerreros, prelados y políticos.
Las gentes del país
Pasan simplemente sin mirarlas
En cambio los pájaros del país
Asisten puntuales
A defecar sobre los volúmenes soberbios
Dejando constancia de su opinión
Sobre tanta gloria.
AHORA QUE USTED PREGUNTA
he de decirle que hoy ella es un recuerdo
pero al fin mucho más que eso
porque no será fácil olvidar la ternura
con que invadía la casa
su risa que aún parece bajar desde la azotea
ese aroma inefable en las frazadas,
su proverbial independencia
y aquella maldad que administraba
meticulosamente
y que también la embellecía.
PEQUEÑO MILAGRO
Muchacha de menta
Pasas y la mañana se detiene
A contemplarte
Nos unimos
A ese feliz asueto
Dejando por un momento
Palustres y cemento
Ahora nos sentimos
Más cómodos en el andamio
Hasta nos parece Que amamos nuestro oficio.