Catalina González Restrepo
(Medellín, Colombia, 1976). Licenciada en Español y Literatura de la Universidad de Antioquia y magistra en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, ciudad donde se desempeña como editora de Luna Libros. Ha publicado: Afán de fuga (Editorial Universidad de Antioquia, 2002), Seis cancioncillas (de agua salada) y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2005), La última batalla (Pre-Textos, 2010), Una palabra brilla en mitad de la noche (Universidad Externado de Colombia, 2012) y Dos veces extranjeros (Pre-Textos, 2019). Sus poemas han sido traducidos al francés, portugués, italiano, inglés, árabe y ruso.
PODCAST DE POEMAS DE CATALINA GONZÁLEZ RESTREPO
POEMAS
Del libro Afán de fuga
Silencio en la mesa
Mientras masticamos la carne del abandono
alguien ha corrido una silla
para sentarse y beber con nosotros.
Vivimos en sonidos que no podemos decir,
improvisamos un concierto que jamás vendrá:
el piano suena muy alto y mis voces callan.
Morir es mejor que oír,
los músicos son niños con hambre.
Dioses pequeños
Dormimos como hermanos,
reptiles a punto de despertar,
en una cama que no es de nadie.
Estamos enfermos,
amar es un vicio
que nos ha dejado ciegos.
Todo lo sentimos ajeno,
sólo tenemos el miedo
y esta maleta que empacamos
y desempacamos al ritmo del deseo.
Del libro La última batalla
Cristal
La imagen se repite
como una pesadilla infantil.
El cuerpo de la juventud
reflejado en habitaciones
donde los espejos cubren las paredes
y el miedo se confunde con la inocencia.
Aprendimos el juego del deseo
hasta la vergüenza,
hasta quedarnos sin cuerpo
ni espejo.
Viaje
Hemos sometido nuestros cuerpos
a los rigores del instante
y este mundo se ha agotado
para nosotros.
El frío nos ha llevado al hastío,
el verano amenaza con devorarnos.
Sería mejor cambiar todo el equipaje
pero la memoria es caprichosa,
en las aduanas hemos perdido
algo irremediable.
Del libro Dos veces extranjeros
Conjuro
Como quien debe recorrer
muchos kilómetros
para cumplir un conjuro,
llevo las semillas
de la selva lacandona
al Viejo Mundo
y las pierdo allí.
En el viaje tenemos la sensación
de que todo está por hacerse,
que podemos ser otros,
que el deseo no ha muerto.
Vamos de un país a otro
sin volver a casa
y sentimos que somos
dos veces extranjeros.
Marco Polo
De niña sentí la fascinación por un viajero veneciano.
De la serie que veía con mi padre
cada domingo en la televisión
permanecen algunas imágenes en mi memoria:
la gallardía del actor, sus ojos penetrantes,
paisajes y amores exóticos,
cabalgatas y mares, una prisión.
Vuelvo a la infancia para recordar
lo que amamos desde el origen.