João Vanderlei De Moraes Filho
(Bahía, Brasil, 1977) Poeta, Professor, Gestor Cultural com experiência no poder público e terceiro setor. Graduou-se em Letras Vernáculas / Literatura Brasileira pelo Instituto de Letras da UFBA. Mestre e doutorando em Cultura e Sociedade (IHAC/UFBA). Pesquisador em formação no Centro de Estudos Multidisciplinares em Cultura, onde investiga políticas culturais para o acesso ao livro e promoção leitura na América Latina, enfocado na Argentina, Brasil e Colômbia. Como poeta publicou: “Pedra Retorcida” (Fundação Casa de Jorge Amado, Salvador-Ba), vencedor do Prêmio Braskem de Cultura e Arte de 2004. (www.pedraretorcida.blogspot.com). «Portuário», edição bilíngue Português/Espanhol (Cartagena de Índias, Bolívar-Colômbia,2006). “Em Nome dos Raios” (Expressão Editora, Fortaleza – CEARÁ 2009). (www.emnomedosraios.blogspot.com). «Uno – Tríade para encantamentos»- Poemário e intervenção poética AINDA O MAR (CUCA/UNTREF,Buenos Aires, Caseros, 2011) (www.aindaomar.blogspot.com). É editor da Portuário Atelier Editorial.
Poemas
ANTES DEL SILENCIO
para Jotacê Freitas
Arroja muchas lágrimas en la cara del labrador como la arena presa en el reloj,
Enjugando el tiempo justo en cada esperado resplandor. Un día más… en la tarde,
El cielo naranja al final del día olvida el sudor negro de este café, tan esperado en la lluvia del sertón.
Hombres hienden la tierra trazada en nuestras manos y temen que aquella raíz vengue la otra estación.
Solloza un niño callado, entre nubes, azul de hambre,
Pájaros entonan rezos a todos los Santos y Silvas, a quienes el Rosario entrega
Calendarios, confesiones diarias y decisión divina. Y la tarde continúa en la noche,
Soñolienta, de brillo hosco. Todo es un ofuscamiento de la retina, del no inquieto de la mujer que pasa
Abrazada y disfruta el fruto podrido caído del árbol de la verdad que se permite existir.
PRIMERA PERSONA
a Yhamin Omin’Inlê
La primera vez, había cenizas de las últimas páginas del miedo.
La segunda, la luna asoleaba el silencio del universo.
La primera vez que vi la luna había un rayón en las estrellas y una poesía incandescente galopaba en mi pecho.
La primera vez que el mar extendió mis ojos lejos del margen izquierdo de mi destino floreció un Mesías en el jardín de mis patios.
La tercera, el mar bautizaba nuestros pasos hacia el infinito.
Desde entonces, navego habitado por espejos y piedras pulidas
De donde avistamos el vacío.
(Trad. John Galán Casanova)