Luz Mary Giraldo, poeta homenajeada por el XXVIII Festival Internacional de Poesía de Bogotá 2020
Para el 2020, el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, en su versión XXVIII (con programación virtual) rinde homenaje a la destacada poeta colombiana Luz Mary Giraldo. A continuación presentamos una aproximación a su obra.
El 30 de julio se presentará, además, la antología que de su poesía ha preparado el Festival y que publica Ulrika en coedición con el Instituto Caro y Cuervo, con el patrocinio del Ministerio de Cultura:
Alfabeto de otros días.

Luz Mary Giraldo. Foto: Mara, 2019.
Luz Mary Giraldo (Ibagué, Colombia, 1950). Poeta, ensayista, antóloga y profesora universitaria, escritora en residencia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha publicado antologías de literatura para niños, de cuento de autores colombianos y de poetas hispanoamericanas y españolas, valoraciones múltiples de narradores colombianos y libros de ensayo sobre literatura colombiana. Ha recibido el Gran Premio Internacional de Poesía Academia Oriente-Occidente (Rumania, 2013); mención honorífica en el festival Noche de Poesía en Curtea de Arges (Rumania, 2016); el Premio Internacional LASA-Monserrat Ordóñez (2012) por las antologías Ellas cuentan. De la Colonia a nuestros días (1998) y Cuentan. Narradoras contemporáneas (2010, 2013); el Premio Nacional de Poesía Casa Silva «La Poesía como una Casa» (2011); mención de honor en el Premio Internacional de Ensayo Convenio Andrés Bello (2000) por su libro Ciudades Escritas, que fue beca nacional de Literatura del Ministerio de Cultura (1999); y mención honorífica en investigación por el Instituto Distrital de Cultura (2004). Ha sido jurado del Premio Juan Rulfo de Literatura hispanoamericana y del Caribe (hoy Premio fil de Literatura en Guadalajara), del Premio Juan Valera Mora de poesía en Caracas y de diversos premios y concursos nacionales e internacionales.
Es autora de los poemarios El tiempo se volvió poema (Ibagué 1974), Camino de los sueños (Ibagué 1981), Con la vida (1997), Hoja por hoja (Bogotá 2003), Postal de viaje (Bogotá 2004), Sonidos en la luz (Medellín 2010), Llévame como un verso –poemas del exilio– (Bogotá 2011), De artes y oficios (Bogotá 2015) y Caza de sombras (Montevideo 2019); y de las antologías Diario vivir (2012), Canto de pájaros (Rumania, Academia Oriente-Occidente, 2015, edición trilingüe en español, inglés y rumano, e Il volto nascosto dell’amore (español e italiano, edición de Alessio Brandolini y Martha L. Canfield, Roma, 2017).

Poemas de Luz Mary Giraldo
Caída
Caen las hojas en el patio
la ropa se destiñe al sol
y el pájaro comienza el alfabeto de otro día.
La muerte prepara su caída
tiembla
hoja leve
en el centro del patio
como la poesía.
Después
Si antes fue la tierra abonada
el cogollo
la rosa
las verdes hojas
las espinas
el armario de la soledad
y de la compañía
después la rama seca
la hoja caída
los pétalos incoloros y deshechos
la flor casi amarilla y sin aliento.
Al final
polvo en un cofre
huella en el mar o en el aire
tal vez nube
silencio deletreado del amor
exhalación en la profunda noche.
Antes
Antes de la poesía
la rosa.
Antes de la rosa
la rama y sus espinas
el cogollo fresco.
Antes de la raíz
la semilla
la tierra abonada
la felicidad y las heridas
preparándose.
Antes
el deseo de árboles y luz
el relente nocturno
el viento que sopla
y tu rostro en la ventana.
Antes de todo
tiempo y espacio amasados.
Y mucho antes el deseo de vivir
y una percha para colgar sueños o desvelos.
Al final
la soledad en un armario
o en las gavetas de la compañía.
Rutinas
Voy y vengo con mi lista de sueños.
El correo que respondo
la pantalla dispuesta a los poemas
un campo de girasoles dibujado en tus ojos
el misterioso amante de la noche
en las alturas del Cárpatos.
Con la inversión de todo
frente a las sobras que se acaban
maúlla el perro y ladra el gato
mientras lavo los días y pulo los oficios
el mismo calendario cada día
la lista de sueños que tejo a la lista del mercado.
Ladro y maúllo
maúllo y ladro
frente a tu imagen que salta en la pantalla
cuando respondes el correo
o estás en el Skype tan lejos y tan cerca
como una aparición que marca ausencias.
Ladro otra vez
maúllo
ronroneo
y un poema acaricia el teclado.
Arte de tejer
Como arañas colgadas en los muros
se teje y desteje la tela pegajosa de quien cae en la red.
Saltan nombres que con un solo clic trae de regreso
al amor que se sabe pasajero.
Todo cruza en los hilos de esa joven Penélope
que junta el tejido de una nueva democracia
Entre caritas repetidas pasa la vida a la basura
con cada una de las manos que señalan en todas direcciones
me gusta no me gusta lo comparto
y los dibujos ríen y lloran y aman y están tristes
maúllan o ladran
en las voces que trinan en esas avenidas
de soledad y desamparo.
Hay un juego de espejos en la red:
el amor que no empieza y la amistad que se acaba
las fotos que invaden la pantalla
la imagen cambiante como la ropa vieja
la tensión de los puntos que anuncian la escritura esperada.
En ese espejo de letras solitarias
teje una araña el laberinto donde Asterión se esconde
y Teseo busca los hilos que lo acercan a Ariadna
o que lo alejan.
Canción de la luz y la mirada
Cuando suena la hora del adiós,
es que empieza a brillar la cazuela en el fogón.
Fina García Marruz
Primero fue el graznido, el cristal roto,
la puerta como gerundio cerrándose de golpe.
Después la voz en los campos lacerados,
el frío del invierno y el largo silencio de los pájaros.
El desvelo fue golpe de alas en los ojos.
Y el sueño, cristal vuelto a componer,
cazuela en el fogón: ilusión de regreso.
Oración en lo más oscuro
En lo más profundo
buscas el cielo del amanecer
y pides una voz que no se rompa.
En lo más oscuro abres los ojos
hacia la tierra donde calienta el sol.
En lo más negro
quieres el tañido de la luz
como las velas cuando aman la fuerza del viento
y el timonel prepara su navío sin mirar atrás.
Llévame como un verso
Como una mano débil despidiéndose
de aquel que permaneció en tierra firme.
Anna Ajmátova
/divLejos de todo recuerda los adioses.
Sabe que no hay país para sus huesos
mesa para compartir el pan
ni palabra ni abrazo.
No le espera borrón ni cuenta nueva.
Ignora la forma de salir
y da vueltas como perro en calle ajena.
Sin linterna rastrea un territorio
sin mapa ni brújula
sin guía
sin reloj.
Cambia de nombre y de papeles
y su rostro se desvanece en el espejo.
Un verso y una frase de amor
único equipaje.
Y en la memoria una mano débil
despidiéndose.
Entre los árboles
Oigo la vida
pájaro carpintero
la oigo en todas partes
dándole fuerte a la corteza.
Golpea contra el viento
pica los días de madera.
Pájaro milenario
golpea en el árbol de la vida
y mientras las hojas caen
cambia el color del tiempo
se agota como reloj de arena
marca muy lento
más lento cada vez
más lento
lento.
Oigo sonar de nuevo la corteza:
otro pájaro inicia la jornada
y el día comienza como la noche
entre los árboles.
Postal de viaje
[…] es posible que quienes te saludan
sean también solitarios que no tienen
ni visitas ni ausencias.
Miguel Mendez Camacho
Viajar:
abrir las alas contra el viento.
Empacar la valija
un secreto placer
algo de miedo
un ramo de violetas y el insomnio
la lámpara encendida.
Decir adiós a los que dejas
y el beso recibido a la llegada
tiene otro rostro:
colores de un nuevo domicilio
el perfil de otros árboles
sonidos diferentes
sorpresa de la lluvia.
La tarjeta postal que nunca envías
la luz de enero o de noviembre
la carretera desde el aire
la angustia en una hoguera
escenas dispersas
reunidas
el rumor de las hojas al recuerdo.
Viajar es mudarse de sí mismo
estrechar otras manos
esconder el silencio
responder a los ojos que saludan.
Sonreír a la vida que comienza
alejarse de un lado
y acercarse del otro
la mirada encendida.
Canción para los buenos días
Al irte dejas una estrella en tu sitio.
Vicente Huidobro
De tanto estar presente
mi padre es un recuerdo en las ausencias.
Solía comenzar de madrugada
despertar una nota musical en la garganta
enseñarnos a escribir en el cuaderno
la palabra sol
y a escuchar cómo asciende el pentagrama
por el tañer de las campanas
por el sonido de los dedos que llaman a la puerta.
Era tan triste su mirada
que ocultaba en silencio una elegía secreta
cierta complicidad del alma
la certeza de la nada como una cruz a cuestas
y Dios para la vida y no para la pena.
Escribía como hombre de su tiempo
y la luz enredaba en sus palabras
arpegios del recuerdo.
Con él buscamos debajo de las plantas
donde la hoja esconde una violeta
y un pétalo dibuja la sombra de las letras.
Libros y juegos acomodó en nuestro camino
para dar compañía en los tropiezos
y al espantar los miedos infantiles
en su sitio dejó una lámpara encendida
la canción para los buenos días
el camino trazado en el cuaderno
con el sube y el baja donde tus sueños quieran
con el baja y el sube fatigoso
de un tren a las cinco de la tarde
un tren cargado de colores
en las horas de infancia.
En el carrusel de mi pasado
en el vértigo que gira en medio de la feria
padre decía que la vida se escribe todo el tiempo
que hay risas y silencios
que siempre subimos y bajamos
y a veces trotamos en el potro blanco
otras viajamos en el cisne negro
que damos vueltas en redondo
y un día
quizá sin darnos cuenta
en el sube y el baja de todas las edades
sobre cisnes y potros
escribimos la palabra nostalgia en el cuaderno
y con tinta amarilla dibujamos un sol
para esconder la pena.
El misterio en la luz
Si cuando pasan los días del asombro
y el rostro encontrado en el espejo
aletargado y solo
no se cae de miedo
dirás que nada ha sido en vano
que no pasaste de largo por los días.
Vivir es el triunfo que los años dejan
con todo y sus insomnios
con las cosas que hicimos y luego deshicimos
y el pan compartido
y todas las ventanas
y el gato buscado en el poema
y el misterio en la luz.
Si un año más es ganarle otros días a la muerte
si sientes el silencio comiéndose tus ojos
la noche entre lo oscuro
y las manos
raíces cuando la tarde pasa
sabrás que nada está perdido
que todo queda y pasa
si hay calor en la voz.
Gato de agua
Cae la gota
y el gato caza el agua
el grifo que gotea
el ojo de cristal que en su caída se abre
sonido leve
golpe de insomnio.
Inquieto frente al agua que con gotero cae
el gato juega
camina
ronronea.
Es un verso la gota que cae
ojo de gato.
El tren de la memoria
Como paso de tren cuando avanza cauteloso
deslizándose
aquí el puente del abismo
el túnel oscuro en el silencio
y la pradera dibujada con el pincel finísimo
al viaje de mis ojos.
Mujeres en los puertos con sus viandas
niños aquí y allá
y el sol ardiendo en medio de la tarde
mientras el ruido vuelve a la memoria
cuando viajar era deshacer lo rutinario
dar vuelta hacia el origen
al centro de la infancia
donde se cruza el horizonte.
Como paso de tren regreso con cautela
oigo y atiendo aquello que alimenta mi recuerdo
y están los pueblos
las estaciones polvorientas
la casa como un punto en la montaña
el color de las frutas en los árboles
la tierra caliente y sus olores
y la gente que sube y se acomoda
para el tránsito fugaz del no sé dónde.
Oigo el tren que regresa
con su ruido y su sombra
lo oigo pasar
como pasa la vida
sin que nos demos cuenta.
El tiempo se volvió poema
Mientras se quiebra
la palabra
al tejer y destejer
el tiempo
—que enhebra con hijos de araña
el árbol caído de memorias—
el ruiseñor le canta al eco
que se enredó en la sombra
bañada de cerezos
Nunca llegó el verdadero y sabido nombre
El ave
que algunos llaman tiempo
se alargó en el desierto de los hombres
y cada mañana
se enredó en sus ojos
Trataron de construir
una palabra
pero faltaron piedras:
nadie pudo entenderse
desde entonces