Malena Luján
Montevideo, 2001. Actualmente estudiante avanzada de la Tecnicatura Universitaria en Corrección de Estilo (TUCE), de la Tecnicatura en Dramaturgia (TUD) y de la Licenciatura en Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la Universidad de la República, en Uruguay. Se desempeña como correctora de estilo en revistas culturales, proyectos académicos y proyectos literarios en su país; también se dedica a coordinar talleres de escritura creativa con niños y adultos. Integra la compañía de artes escénicas Dagazul. Publicó su primer libro de poesía bajo el sello editorial de Susana Aliano Casales, Con la memoria en los ojos (2021). Recibió una mención especial del Premio Casa de Escritores, edición 2021. Recibió el primer premio del Premio de Poesía Inédita, de la Fundación Nancy Bacelo, Ideas + y Casa de Escritores del Uruguay con la obra La imagen del viento (diciembre, 2021). Publicó los fanzines Palabra (2019) y Abrazo a tiempo para un amor a destiempo, (2020). Su último poemario se titula Potrilla (Susana Aliano Casales, 2023). Publicó la antología Despiértenme si todo termina (Luna Insomne Editores, República Dominicana, 2023).
Poemas de Malena Luján
De Con la memoria en los ojos (Montevideo, 2021).
***
No soy
frágil como una pluma,
soy frágil como una bomba.
Tengo tantas preguntas
y tan frágiles ganas de formularlas
desde mi lado hasta tu lado de la cama
desde mi lado hasta tu lado de la vida.
Desde mi boca hasta mi espalda,
(desde mi lado hacia mi propio lado).
Las preguntas no son pequeñas como perlas,
son pequeñas como granadas
que se esconden bajo la mesa y terminan
con lo que existió
antes del estallido.
***
En todos lados es tarde,
tengo la panza
hinchada de horas.
Ya no quiero ver cuchillos
en vidas goteando hambre,
rastros de migas,
pan de ayer.
En todos los huesos
es tarde.
De un tiempo a esta tarde
solo se escucha la voz de la niebla.
***
Sé que vengo de confundir la sal con el azúcar,
cambiarme por vino y naranja,
prestarme por tan poca cosa.
Sé que fui —que soy—
un poco perro de esquina
o pájaro migrando.
Un día tendré que desvestirme
de estas alas y este pelo,
y quedará
tan solo arrepentirse
por todo aquello no escrito.
***
En tus manos no soy más
que una vela
consumiéndose y quemando
tus labios amarillos.
No más que una sombra,
un pensamiento que flota
una copa o un abismo
lo mismo, estamos solos.
El amor es un filo que reposa
sin fuerza,
un lugar en el que uno
puede olvidarse de morir.
No creas que soy libre
ni tuya,
solo un gesto en soledad
un olvido arrodillado
que te besa las pupilas.
***
Entre la piel y el hueso limpio
solo hay fotografías.
Entonces me miro las manos
un poco más grises.
El mediodía no quiere
traer torcazas,
el viento no besa
la frente de nadie.
La mano,
cansada del naufragio,
destensa el puño.
El remo se va río abajo.
Ya no queda niño, juguete,
ni canción redonda
que cantar a la muerte.
La mano es una trinchera
y no encontramos tajo
para sangrarla.
***
Vengo suelta de pausas
y de errores
con la boca derramada
todavía en viejo invierno,
vengo y hoy estoy rendida
como el agua
resbalando por la teja.
Hoy renuncio
a lo querible
a las agujas, cedo
mi peso triste
mi sudor
mi vejez
mi palma
está
ya ves
tendida.
De La imagen del viento (2021).
***
Desarmo en mi espalda
los últimos días de los pájaros.
Yo quiero un jardín solo,
sin fondo, sin agua.
En qué lenguaje despedir
las pequeñas astillas de luz
que me trajiste.
***
Quizás sería mejor
el silencio.
No escuchar respiración alguna,
ni tos, ni piel, ni viento, ni banderola
que pasa.
Nadie afuera,
ningún reloj que anuncie que algo debe
llegar o irse.
Quizás quedarse sin palabras pueda ser
un mejor intento.
***
También estoy en otro tiempo haciéndome otras preguntas complementarias, con otro destino en los ojos.
Estoy allí
llorando lo necesario
destripando a quienes odio
escupiendo los gargajos
zapateando en sus frentes.
Estoy con veinte
años más, o menos,
allá y allá
corriendo lejos
siendo de alguien
de fango y semen
en una piel alterna.
Pero sobre todo estoy acá tendida
en este silencio
participando de mi sangre
completándome
las vidas.
***
No sé de qué color
era la luz que fundó mis huesos,
qué pequeña imagen fue mi corazón.
Qué tan honda circunstancia fui
para traer este aire amargo,
por qué inauguro esta quietud que me estremece.
***
En abril el jardín se me desborda
de estatuas que lloran sus pequeñas perlas
de porcelana.
Quiero que conozcan
el barrio y el mundo.
Mi grito se ahoga
en un grito vecino.
Quiero dejarlas partir, pero ellas
insisten su espera.
De Potrilla (2023).
***
De potrilla corté
estos dientes
de nácar,
la tripa como un mosaico.
Me salió esta crin y la he dejado.
Alguna vez me prendí fuego.
Hablo la lengua del olvido,
tengo una edad inmarcesible.
***
Yo vi doblarse tus rodillas
y tus hombros
en la firma de tus pies
contra el balasto.
Construí esta infancia
contigo
que me llega como agua
blanca desde un altísimo
infinito.
Gané estas horas contigo,
y te amo como a quien puedo
mencionarle
el miedo.
***
Hay fuego
entre los árboles,
un ala en el eco
de la grava.
Qué es aquello,
no es nadie,
es humo,
sombra,
agua.