Adolfo León Córdoba Narváez
(Popayán, Colombia, 1958) Estudió Medicina en la Universidad Libre de Cali, donde junto con otros colegas fundaron la revista literaria Crac. Hizo parte del taller de poesía de Juan Manuel Roca (1988) y también fue fundador y miembro del comité de redacción de la revista literaria Arcanos. Publicó el poemario Zarpa y espejo (1990) con Ulrika Editores y presentó en la Casa de Poesía Silva un ensayo sobre la obra de Fernando Pessoa titulado «El predestinado de sí mismo». Le Monde Diplomatique publicó su ensayo sobre la obra pictórica de Diego Quintero, «La síntesis transformada» (2004), y la revista del Teatro La Candelaria publicó su ensayo sobre la obra Nayra. Sus poemas fueron seleccionados para la antología Canto a un prisionero (2008), en solidaridad con los presos políticos de Turquía. Recientemente, sus poemas fueron escogidos para hacer parte del libro Plexo américa (2020), y publicó Perplejo Animal Y Otros Poemas (2021) con Lobo Blanco Editores.
Poemas
MEDITACIONES DE NOÉ
Yo hijo de Lamec y nieto de Matusalén Caí en la tentación de sobrevivir
¿Pero cuánto tiempo el arca será mi celda? No sé si el Señor fue misericordioso conmigo Detesto el olor a brea
Y sería preferible haber muerto entre ese bosque Que ahora me lleva a salvo del diluvio
Se ha salvado mi estirpe y algunos animales Las cloacas drenan a la perfección
Y hace mucho tiempo que llueve Y entre más llueve
Pueblos que no conocí desaparecen
¿Qué harán los pueblos que funden los de mi estirpe
Que no hayan hecho estos inundados por la lluvia infatigable?
¿Hasta cuándo esta demolición del agua
Que ya no me siento dichoso y procuro embriagarme?
La paloma y el buitre que lanzaré Tres pisos que subo y bajo
No sin las aves ni las bestias Soy el acorralado Señor
Y te arrepentirás de maldecir la tierra y los hombres Señor que me has elegido
Para multiplicar las especies
Yo hijo de Lamec y nieto de Matusalén
SODOMA
Bajo el fuego y el azufre
Muchos que se amaron
Murieron calcinados
En ese genocidio bíblico
Pero los arqueros
Prendieron sus flechas
En Sodoma en llamas
Y la lanzaron a los siglos
Para burlar la ira divina
En el espejo de ese fuego
Se multiplica Sodoma
En cada ciudad de la tierra
DESPLAZADOS
Vuelta usura la prodigalidad
Fragua inestable la orilla
Mana de tuétanos la desolación
Inquieta la argamasa
Gaia adereza lamentos
Fragmentada en trozos hostiles
Afligidos pueblan la Tierra
Migran desconsolados Bajo sus
pies
Las huellas sin tribu Servirá a
los depredadores
Habita albergues hechos de viento Peritos
en escribir epitafios
En tumbas itinerantes Una
vasta hermandad
Por los siglos de los siglos Perdidos
mudos en otras lenguas
Pueden sus
uñas hundirse
En la inocencia de los perplejos


















