Ángela Mavisoy
Poeta y artesana indígena del pueblo Kamëntsá Biya de Bëngbe Uaman Tabanok, Nuestro sagrado lugar de origen, el valle de Sibundoy, Putumayo, Colombia. Actualmente es estudiante de Licenciatura en Lengua Castellana y Literatura de la Universidad de Nariño, directora del colectivo de arte La Minga Artística Tabanok, fundadora del Festival de Bellas Artes Tabanok desarrollado en Sibundoy, coordinadora de la Escuela Ciudadana, Climática y Ambiental Guardianes por la Vida Nodo Sibundoy-Putumayo y consejera nacional de literatura. Ha participado en diferentes escenarios regionales, nacionales e internacionales, compartiendo enseñanzas que ha recibido de los taitas y mamitas en el territorio. Junto con los músicos Pablo Cuarán y Eisen Jacanamejoy conforma el proyecto poético sonoro Ainán – Poesía Sonora.
Poemas de Ángela Mavisoy
Tulpa sagrada
Llega la noche
y las nubes desean encender la tulpa en el centro del valle encantado
el fuego se enciende y el humo se esfuma
como aquel tiempo donde caminamos juntos de la mano,
recojo el aventador sin ilusión
y avivo el fuego que guarda esperanza
desolada, en el primer mate de chicha que llevo a mi boca,
beso el consejo de mi abuela:
«No tienes ventaja en esta vida, pero mientras vivas
trata siempre de encender la llama».
Habito
Habito este territorio
la medicina, los tejidos y la siembra
habito mi ser y mi consciente
en mis ancestros que partieron
en la voluntad de seguir existiendo
en la bondad de la tierra.
Habito el perdón de mi pueblo,
habito de vez en cuando mis heridas
y como nómada me pierdo en el silencio.
Habito los sentimientos que no fueron
y lo recuerdos que sí existieron,
en las lágrimas y las derrotas.
Habito en el amor de las mañanas
y en las ideas que levantan,
en la visión de mi hermano
y en el recuerdo de los que se fueron.
Habito en las letras, en las palabras me que cobijan
y ahí me quedo.
Medicinita
Medicinita de la montaña llévame lejos,
donde el verde sea mi único sustento
aves del valle llévenme lejos,
entre sus alas a viajar por el universo.
kindy, vuela, vuela lejos, dile que nos salve y me acune
díganle al ser que en la montaña me encuentro
en la montaña lloro y me lamento.
El río me acompaña, llora conmigo sin dolores
vallesito sagrado que sana el alma, sana mi alma
planticas de la chagra mírenme ahora,
que necesito del sustento
díganle que aquí estoy besando la Tierra,
pidiendo por mi cuerpo.
Samay a mi espíritu para que retome los pasos
abrazo mi corazón y le compongo un verso
en la montaña lloro y me lamento.
Poemas
Las pisadas de mi abuela escriben poemas
en el camino de regreso,
cobijados por el reboso que resguarda
sus cabellos y collares en su cuello,
avanza a la luz de la luna, menguando el mal viento.
El canasto tejido por sus manos,
son poemas que se cruzan entre versos
sostienen plantas, frutos y a un pueblo
que se alimenta junto al fuego,
Rezos que lanza a la brisa
con ruda, copal y silencios
para sanar heridas que abruman el sentimiento
para calmar alma, corazón y entendimiento.
Presencia de lluvia, sabiduría del cielo
miradas en flor de miel, amor en pecho
es ella un poema de sus abuelos
que danza con el tiempo.
Voces en el tiempo
Escuché un solo canto a mitad de la noche, el cielo recordaba los cuentos que contabas.
Escuché una historia con tu nombre,
dijeron que habita tu voz en la selva,
que tu cuerpo volvió a ser ave del cielo,
que volviste a ser cielo,
que allá te encontraste con todos,
que hay un pueblo kamëntsá en las estrellas.
Escuché que mientras haya selva habrá cantos y cuentos,
que mientras el agua siga fluyendo tú y todos seguirán viviendo.
Escuché al jaguar venir del cosmos y decir que allá danzas,
que caminas con luz en las manos e iluminas nuestro camino siendo luciérnaga de noche.
Escuché que tú no te alejas
aunque ya no habitas un cuerpo,
ahora vuelas libre y estás más cerca.
Cuenta el cielo que la vida es un suspiro
y la muerte es un soplo en otro lugar,
que seres de música somos, melodía universal
pintados de amor y sueños
habitando toda la inmensidad.
Caminar desnudo
Recorrer todos los senderos desnudos
así, cuando la flecha cargada de muerte cruce mi pecho
desplegaré mi ser en el río, siendo puro.
Desde el fondo, el agua iluminará la vida de otros;
mi risa se escuchará en el trascurrir del agua dulce del río,
mi piel de mujer será hierba mojada
piel de barro, piel de volcán,
y al horizonte de tu mirada
entre el agua y el sol, volveré arcoíris.
Te llevas
Te llevas la palabra dulce que le cabe a mi poema
Te llevas la sonrisa que le cabe a mi alegría
Te llevas el beso que le cabe a mi amor
Te llevas la historia que le cabe a mi vida.
A mí me queda el recuerdo de la mirada
y la sonrisa que tú no más conocías
me queda nuestra guarida que ahora no guarda nada
me queda lo que nos faltó por vivir.
Te llevaste mi vida,
y la verdad es que la alegría
se busca en todos estos días
para no morir en el alma
para no morir en guerra.
Entierro el recuerdo de ti
para sembrar en la tierra la fuerza
para que mi palabra florezca
para que el canto y el poema
cubran los días que nos faltan
sin ti.
Ofrenda
Aquí ofrendamos por tu vida
avecilla del valle que hoy vuela lejos,
regresa tu alma al reencuentro
al nido dónde te espero contento.
Descansa de tu viaje prematuro
junto a flores, chicha y comida
te dejé besos que no se miran
te ofrendé alimentos que amabas en vida.
Permite a tus ojos que vagan como estrellas anclarse a este espacio
permite a tus oídos que escuchan al universo, escuchar mis rezos
recuerda que el amor es sabio y sabías también nuestras promesas,
cuando por fin acabe mi tiempo, estaremos juntos de nuevo.
Resistencia
Reniego de la hipocresía que escupe maldad venenosa,
la dominación reposando,
afanando el lenguaje de burla en el poder,
impone el nacimiento de hijos en codicia y avaricia,
encienden el incienso que huele a muerto,
maquillando su pestilencia
en las marchitas sonrisas del niño que vive en oscuridad,
refutando las luchas del pueblo,
lacerando su unión y entereza,
endosando el desprendimiento de cada uno
hasta ver caer los frutos de los ancestros.
Continúan atropellando el camino armonioso,
deshilachando el tejido, martirizando el ser.
Desfloradas ves las pintas de esta realidad
el fango y las flores ahora son áspero frío de cemento,
Ya no brilla el sol en la pradera,
el trance de la humanidad convierte a sus hijos
herederos en la miseria.
¡Pero mi pueblo!,
aunque con aliento atontado en dolor,
no es derrotado, continúa con tinta de curare,
aún no lo he visto caer,
porque se refugia en la palma del espíritu mayor
que sopla y da vida
se reviven sentidos gritos de esperanza
encendiendo amor
que percibe, palpa, ama y fecunda,
y se convierten en semillas:
nacen, recobran fuerzas, sobreexisten.
Entendiendo de la mano con los abuelos
en medio del humo olor a maíz fermentado
que lo anhelado es aquella tranquilidad que nace en el
silencio.
¡De qué sirve tanto papel si proviene del árbol que quita
la sombra!
Tala mejor la ambición, hierve tus deseos de vida en
libertad,
con paciencia regeneradora
que expanda abierta Luz, para abrazar la Vida.
Kakatempo
En tiempos de lluvia e inundaciones en el territorio y en el alma…
Ojalá yo pudiera hacerte entender
que un día todo el valle era libre,
que los árboles no eran testigos de tu sufrimiento
que el cielo y la tierra gozaban de humos en libertad
y la lengua materna era un canto de tu alma, era un canto de verdad.
Pero aquí llegaron ellos,
los de sotanas largas
los de palabras extrañas
¡cuánto dolor! ¡y cuánta angustia!
Y fue el monte testigo de tus huidas
fueron las estrellas quienes recibieron a tus padres,
fueron los ríos quienes se desviaron por codicia.
Ojalá yo pudiera decirte que no pagarán por tus tierras
ojalá yo pudiera decirte que no curan con tus hierbas
ojalá yo pudiera decirte que tus hectáreas no valen un ternero,
ojalá yo pudiera decirte que tu palabra no es la lengua de los cerdos.
No es tu culpa. No es tu culpa. No es tu culpa.
Veo en tus ojos la angustia porque ya no entienden tu lengua
veo en tus manos las ansias de trabajar, pero no hay tierra
veo en ti el espíritu kamëntšá que desea reencontrarse con las estrellas.
Ser maíz
He visto crecer el maíz en la chagra, despacio, sin prisa, sin presión,
crece, no más crece siendo maíz, solo maíz.
No piensa en ser chicha que refrescará el alma
y calmará la sed de muchos.
El maíz solo crece despacio en la chagra, es maíz.
A su tiempo, a su florecimiento,
respeta el momento que lo acompaña,
la etapa que vive,
el instante que existe.
Me sentaré a contemplar más seguido,
a ver si así, aprendo a respetar mis momentos,
creer en mi crecimiento y
habitar el tiempo de florecimiento.
Canto de vida
En soledad, espero por tu melodía
Escucho el arrullo de las estrellas que te traen a mí,
En soledad, mi vientre te espera
Y el corazón escucha la melodía sagrada que viene de ti.
En silencio, tu canto se comprende
En silencio, siento tu venir.
Será está canción
la armonía de tu vida
Será la canción de tu madre,
la alegría de tu vivir.
Cuando sientas tristeza, cantaré para ti
cuando no encuentres camino, cantaré para ti
cuando el olvido te asuste, cantaré para ti
cantaré tu origen desde mi vientre,
tu jardín.
Mamita tejedora
Va tejiendo nubes con sus pensamientos,
para que el poema escrito acompañe la memoria del corazón.