Augusto Pinilla, poeta homenajeado por el 30° FIPB 2022
El poeta Augusto Pinilla nace en Socorro, Santander del sur, Colombia, en 1946.
Desde 1966 se inició en la Universidad Nacional en cursos de arte dramático. Después asistió dos años a la Universidad de los Andes (1967-1968). En 1979 ingresó al Departamento de Literatura de la Universidad Javeriana y se graduó en 1982 como Profesional en Estudios Literarios. Allí mismo obtuvo su título de Magister en 2006.
Desde 1972 ha sido profesor de literatura, principalmente en la Universidad Javeriana, con temporadas paralelas en las Universidades Nacional, Pedagógica, del Quindío y el Colegio Mayor del Rosario.
Fue programador de español y literatura en la Unidad de Capacitación del Ministerio de Educación Nacional, entre 1983 y 1991.
Poeta, narrador y ensayista. Como poeta ha publicado: Fábrica de sombras (1987), El libro del aprecio (1990), Y la vida revivirá (1997), Los días del paraíso (2012) y El ángel en la hoguera (2013).
En novela ha publicado La casa infinita (1979), El fénix de oro (1982), El inmortal poeta (1995), La novela de Cristo (1999) y Fausto el joven (2018).
Ha publicado dos libros de relatos: Cuentos sobrevivientes (2001) y La zarza ardiente (2006).
Entre sus Ensayos y Biografías se destacan “Autores de un autor” (2004), “Jorge Luis Borges; La literatura como tierra propia” (2005) y “La era Lezama Lima” (2010).
PODCAST DE POEMAS DE AUGUSTO PINILLA
POEMAS
Autorretrato
Un poeta camina por los prados
hacia la cima de la niebla
Quiere atrapar el día
a la hora de su nacimiento
y darle una palmada
y que rompa a llorar
—por la primera vez—
entre sus manos
Un poeta se pasó la vida
en el umbral de niebla de los amaneceres
tratando de atraparlo.
Al final,
todo el mundo lo vio aparecer
al extremo del bosque,
llorando,
con los zapatos llenos de rocío
y la primera luz
sonriendo entre los árboles.
Poema filosófico
Siempre creí que fue
en conversaciones con Sócrates
o en paseos con Hölderlin
por las ruinas de soles sin olvido
donde surgió el oráculo
de que puede pensar lo más profundo
quien ama lo más vital,
pero ahí está tu trenza
que hace más imposible
la existencia de la muerte
y nada diré de tu mirada
perdida en la pradera de la juventud,
nada de tu color,
solo tu paso
extrañamente superior a la vida
idéntico a la belleza.
Sin conocer tu nombre
Apareces
Eres tú y eres ella
por mi lado pasa tu belleza
por mis años de entonces
y quien ahora soy
puedo decir verdad cuanto te llamo
Luna nueva
Nadie suponga un sueño
eres y estás
Eres tú y eres ella
y ella está conmigo
y somos uno
y tu pasas aquí cerca de mí
y allá por nuestros años
El lugar es el mismo
salvo Heráclito
que siempre pule las baldosas
Quien te mira es el mismo
salvo la diferencia entre ella y tú En el ser y en el tiempo
¿Vienes quizá para decirme
que la tierra ya dio suficientes vueltas
hasta encontrar de nuevo su juventud completa?
O acaso llegas para recordar
que la belleza construye caminos en lo eterno.
Septiembre 1-1995