Grissel Gómez Estrada
(Ciudad de México, 1970) Doctora en Letras mexicanas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Obtuvo el Premio de Poesía UAM 96 y la mención honorífica como segundo lugar en el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta, 1997. Ha publicado los poemarios: Los clavos de fuego de la noche, Poemas de neurosis y antineurosis, Otra vida, y La vampira despliega sus alas. Asimismo, su obra poética ha
aparecido también en publicaciones periódicas como Periódico de poesía, Alforja, La Otra, Blanco Móvil, Alforja, Luna Zeta, Cantera verde, Ostraco, Diturna, Uno más Uno, La Jornada, la revista rumana Horizontes poéticos (edición bilingüe), entre otras páginas y blogs en línea; y en las antologías Cartografía de la literatura oaxaqueña actual, en dos ediciones de Mujeres poetas en el país de las nubes, No me preguntes cómo pasa el tiempo. Región de ruina, poesía, y en Dolor, humor y erotismo. Antología poética. Actualmente es profesora- investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.
PODCAST DE POEMAS DE GRISSEL GÓMEZ
POEMAS
RETORNO
A veces brillantes, otras, enmohecidos,
mientras sin la consigna de luto floto,
de esta ciudad recorro los adoquines
cuando con el cadáver del día tropiezo.
Las rosas mis manos de sangre salpican
al deshojarse,
en los presos clava espinas mi silencio,
pero el retorno no he yo misma concluido
luego de cardos y silencio el fallo.
¿Volver cómo, si el arcabuz calló su danza?
¿A dónde?,
si el lugar que fue, ahora es su recuerdo.
ROMPER ESPEJOS
¿Cuál espejo es el tuyo, mujer,
De todas las gotas que forman
el mar de tu cuerpo,
de todas las ondas que tejen
tu diamante de espejos,
de esa cascada de carne,
de esa margarita que tiembla a cada mirada
y se enfrenta en forma de lanza
a leones que pululan como hormigas,
de todas ellas,
¿quién eres tú?
Tienes tres espejos delante.
Uno gira y salta, camina solitario por las calles
y te gusta;
a veces se queda callado y llora.
Y yo, que no tengo más melodías,
manejo la casa, las piernas, la sangre y la leche
entre chatarra y vino,
hábilmente,
convencida,
mientras el tercer espejo observa,
observa en la zaga del camino
del que sigue a la multitud temblando,
(porque todos tiemblan, Grissel).
Qué decir de los espejos que rompiste
en el camino,
hace años y años,
antes de nacer
antes de que se escribiera mi encuentro contigo,
antes de que el tercero supiera
que tiene las manos llenas de tinta
y su misión en este mundo
es escribir en papelitos rotos
y romper espejos.