Laura Yasán

Buenos Aires, 1960. Entre sus muchos libros de poemas, destacan “ripio” Premio Municipal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2005, “la llave marylin” premio Casa de las Américas 2009 y “animal de presa” Premio Carmen Conde 2011, entre otros. Coordinó talleres de escritura en cárceles, hogares de menores, asilos de ancianos, sindicatos, bibliotecas y en el ámbito privado. Muchos de sus poemas fueron publicados en diferentes revistas literarias del país y del exterior. Ha diseñado y coordina actualmente el programa de trabajo «Palabra Virtual», una serie de talleres de creación literaria a través de correo electrónico.
la boca del árbol
no se puede besar un árbol en la boca
hay que tomarlo entre los brazos
pegar el pecho a su corteza
y lamerlo
lamerlo hasta sangrar
hasta sentir que el árbol
te roza el corazón con su llamado
va a contarte el secreto
a devolverte el beso con quietud
con leve indiferencia
él sabe que te vas
que es imposible
la vida con un árbol
la última moneda
así como el amor elige a los más débiles
para arrojar sus desperdicios
los mendigos eligen esas bocas
para besar
nada es tan puro
el hambre de la muerte
tiene una dentadura gigantesca
y sólo encuentra insectos en la oscuridad
pequeñas criaturas que arrojaron
la última moneda sin usar
nada es tan blando
debajo de la almohada
crece un nido de alambres
y el féretro del mundo
no deja de gritar que se tu hora se acerca
nada es seguro
cada vez que acaricio la tersura
de la verdad
mis dedos sangran
san perro callejero
no me dejes caer a rubia teñida
ni me condenes a integrar eternamente
el coro menopáusico de esta mujer
no me arrojes con las muñecas rotas
en el túnel de la gorda aburrida
te prometo huesitos san perro callejero
no me dejes caer
por su casa
ese país en toque de queda
donde tengo pedida la captura
y un número tallado en el corral
no me dejes caer a virgencita de repisa
ni a señora entendida en el arte
de negar los colores de su edad
no me dejes caer san perro de la calle
en los brazos de un hombre con corbata
prefiero ser la amante del carnicero
viajar toda la vida en transporte público
te prometo los cortes más tiernos
la carne más jugosa
no me dejés caer
seré tu perra
amen
la doble Nelson
¿usted cómo lo hace?
¿sabía que el amor después de los cuarenta es un concepto impracticable
como intentar una aleación entre un campo flexible y un material totalitario
un desafío estéril que le marca en la frente las letras de un cartel
que usted va por la calle con la palabra nunca entre los ojos
y todos leen que come de la olla
que duerme solo
que llora a gritos contra el botiquín
que los domingos piensa en matarse
los lunes maldice su falta de valor
el martes se compone
el viernes va a un lugar donde la gente se conoce
pero se siente un vidrio
una columna
una capa de polvo entre el ruido y la noche?
y los demás se besan en la boca
y ríen y se abrazan como si el mundo fuera a colapsar
o todo dependiese de un principio
acaso esa membrana que une la juventud con la belleza
y se desgarra en la fricción
usted
¿cómo lo hace?
–
química orgánica
todo el tiempo que tarda el corazón en olvidar la música
y acostumbrarse al ruido de hojas muertas
que desprende el recuerdo cuando avanza
todo el tiempo que tarda en separar
hebras impuras del oxígeno
latido de temblor
señales en la falla
todo el tiempo que tarda en reaccionar su ángel sometido
la boca azul contra la noche
ese torrente oscuro que va en la cicatriz
como un pez por el cauce del misterio
todo el tiempo que tarda en corromper
la ruta del carbono
y arder bajo la nuca el tronco de su árbol
se rasga en las mejillas una alfombra de seda
la lengua flota en una ciénaga
y es un beso de sal sobre la llaga
todo el tiempo que tarda el corazón
en dejarte partir
Genealógica
las hijas del nuevo mundo
son blancas como las luces de los shoppings
pálidas como los panes de mc donald’s
translúcidas lágrimas finales de best sellers
las madres huérfanas de las hijas del nuevo mundo
fuimos oscuras habitantes de hotel
tuvimos negras maneras de mirar
queríamos la vida en símbolos extraños
películas de bergman
las paridoras frígidas de las madres huérfanas de las hijas del nuevo mundo
querían una historia sumergida en channel
casarse vírgenes con una réplica de cary grant
tener muñecas rubias de mejillas rosadas
mascadoras de chicle leyendo mujercitas
las hijas huérfanas de las madres frígidas del viejo mundo
queríamos las curvas mullidas de la marylin
y el aspecto latino de una amante del che pero ellas
las nietas de la decadencia
las hijas del imperio del nuevo mundo
sólo desean ser
delgadas como un tallo
livianas como el ala de una mariposa
anhelan despertar
con los dedos más largos cada día
para hundirlos hasta el fin de sus amígdalas
y vomitar sin voluntad
lo que resta del siglo