Luis Germán Sierra
Estudios de Español y Literatura en la Universidad de Antioquia; diploma de Literatura del siglo XX, Universidad Eafit; diploma de Corrección de textos, Universidad de Antioquia. Coordinador cultural de la Biblioteca Carlos Gaviria Dίaz, Universidad de Antioquia; editor de la publicación Leer y Releer del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Antioquia. Ha escrito reseñas literarias y ensayos para la Revista Universidad de Antioquia, Revista de la Universidad Eafit, suplemento literario Generación, Boletίn Cultural y Bibliográfico del Banco de la República, Agenda Cultural de la Universidad de Antioquia, Historia de la poesía colombiana de la Casa de Poesίa Silva, entre otras publicaciones. Es autor del libro de poemas Coda de silencio, Editorial Sίlaba, Medellίn.
Poemas de Luis Germán Sierra
Aseo matinal
Minucioso, el gato lame su cuerpo.
Sin escrúpulos sorbe su propio sudor.
Moja su mano con saliva
y la lleva a la espalda,
donde no alcanza la lengua.
Bocarriba se despereza al sol
cuando termina la faena.
Luego expulsará, igualmente feliz,
una pequeña bola de pelos
tragados en su baño.
Nada en él llama al escándalo.
Gacela
Rápido y ágil como una gacela,
lejos de su acostumbrada parsimonia,
el gato corre tras el pájaro.
Ante la derrota inicial se agazapa
‒vuelve a ser él‒
a la espera de un descuido.
La memoria del gato
Después de caminar en la noche
y trepar por los muros y saltar a las terrazas
de este barrio extenso y lleno de recovecos,
el gato llega todos los días al mismo sitio del tejado
que miro desde mi ventana.
Acariciado por el sol tenue de las primeras horas,
duerme plácido.
Fumadores
Salen por un momento y fuman a solas.
La mirada perdida en aires lejanos, absortos en ninguna idea.
La modista, que sale de sus telas y sus hilos en casa;
el muchacho, que sale de sus papeles y sus tintas en la imprenta;
la dependienta de piernas largas, que sale de sus clientes en el almacén.
Salen y fuman lentos cigarrillos,
sus ojos fijos en ninguna parte.
Semáforo
Las bolas van al aire
los machetes van al aire
el fuego va de la boca al aire
los cuerpos hacen malabares en el aire
-en un circo serían estrellas-.
Todos los carros esperan a que cambie la luz.
Sus ocupantes miran: unos asombrados, otros aburridos.
En el tiempo justo
las manos extendidas pasan por todas las ventanillas.
Aguacero
La gotera tiembla indecisa,
pero cae.
Y todo se inunda.


















