Vito Apüshana
(Miguel Ángel López, Carraipia, población cercana a Maicao, La Guajira, 1965)
Poeta, profesor de la Universidad de la Guajira y productor de televisión. Obra poética: Contrabandeo sueños con arijunas cercanos (1993) y Encuentros en los senderos de Abya Yala, premio Casa de las Américas, 2000. Cuando cumplió 13 años, dejó su tierra natal y se fue a estudiar a Medellín. En medio de montañas, y rodeado de personas que le insistían que siguiera en la ciudad, se dio cuenta de que algo estaba mal en su vida: no sabía realmente quién era. Con esa duda enquistada en su mente terminó su bachillerato. Cuando estaba a punto de registrarse en la universidad decidió renunciar a una educación formal y regresó a La Guajira, la tierra de sus padres y abuelos.
Poemas
El principio
(Cultura Tayrona)
En el Principio era un silencio
gigante y fértil… de donde salieron
burbujas que derramaron el primer sonido
y las simientes del aliento…
entonces floreció el Pensamiento
y surgieron los lagartos y los conejos,
los alimentos diarios,
los animales del cielo
y los del fondo de la mar…
y poco después nació el animal trenzado,
gritando:
¡Somos lo congregado!
¡Somos lo congregado!
En el Principio era un silencio
enorme y ubicuo
de allí provino el animal trenzado
a unir los elementos:
…convirtiéndose en Murciélago:
vuelo de las piedras profundas
…convirtiéndose en Jaguar:
dominio de las templanzas
…convirtiéndose en Serpiente:
lazo del sol y la noche
…convirtiéndose en voz de fuego sembrado:
¡Somos lo congregado!
¡Somos lo congregado!
Rogativa a la generosidad de Abya Yala
La vida tiene un nuevo aliento en Abya Yala… germinan los elementos en el nombre de su tributo:… el Padre de los Fuegos (el sol), el Propiciador de los Viajes y de los Abrazos (el viento), la Germinadora de las Semillas (la lluvia), la Sudorosa Residencia del Maíz y sus descendientes (la tierra)… y el Blando Movimiento del Tiempo (el sueño) : son los espíritus dadores del continente del colibrí, en cuyos caminos perviven los nichos-altares, a veces invisibles, en donde el instante es ofrenda del infinito.
¡Ndandarey Perchebe…Mushaale Kainwaa Ohtli!
Desde el oriente-ordenador llega el soplo de alas del día abrigando los pálpitos vitales… humedeciendo los capullos de la faena del ser y del hacer…y sucede, así, la renovación de las pertenencias nutricias:
El Canto del verde rugiente del Amazonas,
El Sudor ocre de las Sierras-Punas de los Andes,
El Silbo- Relincho de los predios Pamperos,
La Hoguera-Piel de las tierras Fueguinas,
El Génesis fecundo de la Frontera Araucana,
La Siembra de la resistencia en los hombros del Chaco,
La Aurora Gigante del Sertao,
La Energía – Puente en las rutas del Paraná,
La Corriente-Yubarta de las aguas del Pacífico,
El Movimiento circular del espejo Orinoco,
El Silencio del vuelo del Yagé entre el Sucumbíos y el Vaupés,
La Melancolía del Sabor en el primigenio Caribe,
La Celebración del Color en el Istmo Central,
La Atención de los Astros en las piedras bautismales del Tikal y Yucatán,
La Dimensión Secreta del Peyote en los dominios del Río Bravo,
El Sonido-Temblor de las coloradas Rocosas,
El Hálito Azul de los Grandes Lagos,
El Equilibrio-Blanco del pensamiento del Yukón.
¡Ndandarey Perchebe…Mushaale Kainwaa Ohtli!
La vida tiene un nuevo aliento en Abya Yala
…la del rostro plural y raíz alada
…ombligo-huracán… corazón-volcán
…arcilla-renacimiento… sueño-alimento
…baile y sacrificio… juego y rito
…la Abya Yala de abundancias nocturnas,… danza de cera negra,
agua de calabaza… sequía embriagada
…la del ser-entorno… útero-sustancia… manos-labranza
…Reno encabritado, Jaguar tachonado, Papa y casabe, Cacao y curare
…Tabaco y pluma, Zarigüeya y Puma umbilicales
…La Abya Yala tejedora de Hamaca y Canoa, hacedora de Orquídea y
Secuoya, Manatí y Ambil… La de fervientes serpientes
…la del humo y el agua de los montes del Llullaillaco y el Aconcagua,
del Illimani y el Huascarán, del Ritacuba y el Atitlán…
…Abya Yala: orilla polar… delta del andar
…seminal…remaneciente… premonitoria…
Cantada seas en esta fugacidad que te nombra.
En los crepúsculos de los tepuis (canaima)
Lo que un Hombre-Tepui Aurora dijo a una Mujer-Tepui Noche:
“Te perdiste de un amanecer con cabeza de fuego blanco, vientre de horizonte púrpura y cola de azul turquesa… y bandadas de patos laguneros
que cantaban: kru’uooc, kru’uooc… como diciendo ‘se renueva el mundo’, se renueva el mundo’; y del abrigo de algodón de montaña que entrega el viento leve de oriente…esparciendo las fragancias abrazadas de limonarias y heliotropos… sosteniendo el vuelo de los colibríes frente al aroma de las guaranás y alargando los trinos de fruta de los turupiales que terminaron de abrir el cielo para el arribo del Gran Sombrero de Luz.”
Lo que respondió la Mujer-Tepui Noche al Hombre-Tepui Aurora:
“…y tú te perdiste de un anochecer con boca de carbón azulado en donde, las ranas multicolores, refulgían creando pequeños arcoiris en cada uno de sus saltos… te perdiste de una medianoche con corazón de lengua roja de jaguar… y danzas de ojos de luna llena en los árboles-búhos… una medianoche- diálogo de luces entre las estrellas y las luciérnagas…
y transformaciones de bocas-fauces, de manos-garras, de brazos-alas, de ombligos-cascadas y latidos de árboles que sudaban savia del sonido de los tepuis … y voces del instinto de lo invisible que desnudaban sus secretos sólo en la piel del sueño. En esa noche vi el oro-fuego, la flor colorada y el azul de piedra de donde nació el amanecer que te fue enviado.
Vengo de la profundidad de la noche y, por ello, conozco el corazón del día.”
Makalaipao
En Makalaipao la anciana Alasina nos habla junto al café, con la palabra que viene de la calma y nos prepara aquella historia que narra de un animal cercano para cada carácter:
“… su clan tiene como animal acompañante a la avispa brava, pero ustedes se encuentran en el caballo.
Yo viajo como la flor de la tuna sobre la tierra,
con el soplo del viento,
y mi voz madurará entre el pájaro Wainpirai y mi nieta Nimiichon.
dejen que sus piernas tiemblen en el apego de las mujeres.”
Alieetshi, se levanta y nos anuncia:
“Nos iremos en este frescor”
Alasina señala el adiós:
“verán, allí, en el canto del camino.
en las lagartijas lobos, en los zorros mapurites
cómo el respeto asume el miedo y
la inocencia recibe los secretos del mundo”.
Walatshi
Mi tío Walatshi ha llegado de donde estaba.
Trajo, en silencio, un antiguo problema de hombres.
Le oímos resollar la ofensa. . . y nos observa la vida.
Su bastón de mando le ordena dibujar en la tierra.
No habrá pleito:
Sus años han encontrado el oculto reposo del dolor.
Península
Vivimos entre lo poco y la abundancia,
entre el sueño anunciador y la serena vigilia…
somos la angustia sonriente aumentadora de vida…
somos un dibujo de nudos en la urdimbre del entorno,
la complacencia de ser tierra y respiración, indivisibles.